“Contemplar diez mil animales indómitos sin las marcas que simbolizan el comercio humano es como conquistar una montaña virgen, o adentrarse en una selva sin caminos ni senderos ni la mácula de un hacha. Uno comprueba entonces aquello que siempre le dijeron: antaño el mundo vivió y se desarrolló sin calculadoras, prensa, calles adoquinadas ni la tiranía del reloj.”
Al oeste con la noche, Beryl Markham